En su año de despedida, Lanfranco Dettori triunfa por cuarta ocasión en las 2000 Guineas

Los caballos de O’Brien no aparecieron en la llegada, pero el tercer favorito de la carrera, Chaldean, sí que se portó como se esperaba de su cotización, rebajada en las horas previas a la carrera por todos aquellos que consideraban que haber disputado la preparatoria sin jockey no tenía por qué ser un problema para la puesta a punto de una carrera tan exigente. Y así fue, el potro entrenado por Andrew Balding se mostró muy maduro desde la salida, galopó en gran parte de la carrera con el viento sobre la cara, sin cobertura de otro caballo, y se plantó en los últimos hectómetros con un rival a batir, Hi Royal, 150/1 en apuestas. Este hijo de Kodiac (un semental con un comienzo de año espectacular) bien pudo haber vencido al potro de Juddmonte pero empezó a galopar en diagonal por dos veces y arruinó la que podría haber sido una auténtica hecatombe en apuestas.

LAS 1000 GUINEAS: LLEGADA MARAVILLOSA ENTRE DOS DE LAS GRANDES CHAQUETILLAS

En las 1000 Guineas vimos una de las primeras grandes contiendas del año, aderezada por los colores verde y azul de dos de las superpotencias hípicas de nuestra generación. Tahiyra, verde y rojo del Aga Khan, pugnaba por imponer su favoritismo frente al azul Godolphin de Mawj. La primera no corría desde sus dos años y volaba desde Irlanda hasta Inglaterra con afán conquistador; la segunda vive en el otro extremo del pueblo de Newmarket pero había invernado en Dubai, en el país de sus dueños. La de verde, hermana de Tarnawa –segunda del Oaks- es de una familia tan eminente como la segunda, hermana a su vez de Modern Games, palabras mayores en ambos casos, ¡y sólo podía vencer una, en casos así echamos de menos más empates!

Venció Mawj, venció Oisin Murphy, necesitado de reivindicación, y venció Saeed Bin Suroor, supernecesitado de más reivindicación, mermado su establo desde los tiempos en los que él era el único entrenador en Inglaterra que ensillaba caballos de azul marino dubaiti. En Inglaterra se podría decir que no tenía un caballo del más alto nivel desde Farrh en 2013, hace diez años, y en el resto del escenario hípico nos remontaríamos a 2019 (Thunder Snow) y 2018 (Benbatl). Esta potranca le devuelve al escenario doméstico, en el pueblo de Newmarket donde reside y entrena, y con una yegua con un excelente perfil de cara a 2023.